Biografía

Nació en Sabana de Chavón, La Romana, el 9 de Noviembre de 1937. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue cónsul en La Guaira, Venezuela y viceministro de la Presidencia del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Ha publicado ensayos sobre el origen del merengue y la narrativa dominicana. Es autor de los libros “Cuentos del Abuelo Julio”, “La ciudad clandestina y los secretos del General” y una novela llamada “Al final del arco iris” (1982). Sus cuentos “A partir de esta noche” y “Sonámbulo” fueron premiados por el Movimiento Cultural Dominicano y Casa de Teatro, respectivamente.

Inició y dirigió por muchos años, el suplemento “Cultura” del periódico El Nacional de ¡Ahora! “Cultura” pronto se convirtió en vocero de voces dominicanas nuevas. “Cultura” estaba abierto a todas corrientes literarias, a diferencia de otros suplementos culturares que existieron (y quizás todavía existen) en la República Dominicana, que eran “mafias literarias” para exponer puntos de vista, tendencias literarias que eran defendidas y/o promovidas por esos “intelectuales”.

Su prosa es precisa y sus temas son en general sociales. Escribió un cuento breve que está entre los cinco o seis mejores cuentos breves escritos en español

viernes, 19 de abril de 2013

El que escupe para arriba…



El que escupe para arriba…

De manera subrepticia, aunque guardando las formas de una democracia, el doctor Leonel Fernández y sus parciales, han conformado una oligarquía que desgobierna la República Dominicana de hoy.
Para ello han creado una maquinaria de poder a través de la mentira, la imposición y un bien construido sistema de corrupción que intenta no dejar huellas, pero al hablador y al cojo se los descubre rápido.
Una de las últimas acciones de ese grupo, que maneja el Estado de manera medalaganaria y bien dirigida hacia lograr sus fines, fue la del presidente de la Suprema Corte de Justicia quien retorciendo las leyes vigentes y por arte de birlibirloque, decidió exculpar a Wilton Guerrero quien insultó y difamó públicamente al Presidente Hipólito Mejía con afirmaciones mentirosas.
Ese hombre retorció textos legales y constitucionales con una irresponsabilidad digna de ser estudiada como ejemplo de lo que constituye el manejo dirigido de la administración de la justicia.
Se presume que hay continuidad en lo que se refiere al ejercicio de la Suprema Corte de Justicia y que tal institución, por lo menos, respeta sus propias decisiones.
Se presume que las decisiones de la Suprema Corte de Justicia se adoptan para beneficio del respeto al orden legal establecido.
Se presume que hay un Tribunal Constitucional que es la instancia donde deben ser discutidas las acciones en inconstitucionalidad de la ley y que ningún otro tribunal de la República tiene la última palabra en esa materia.
¡Pero no! no es así, la mano maestra de Leonel Fernández, en cuya oficina de abogados practicaba Mariano Germán, actuó para ordenar que el juez de la Suprema tuviera el descaro de actuar como un elefante en una vitrina y violara todo lo que se requiriera para evacuar tal sentencia.
Los abogados dicen que hay “jurisprudencia constante” cuando la Suprema Corte de Justicia ha emitido sentencias en el mismo orden ante casos similares.
Pues bien, el 3 de agosto del 2005, la Suprema, en un caso de difamación e injuria, descarto el pedimento de inconstitucionalidad contra el artículo 46 de la Ley 6132 de expresión y difusión del pensamiento.
El propio Mariano German, actuando como presidente de la Suprema el 11 de abril del 2012, rechazó la inconstitucionalidad del artículo 46 de la ley de prensa reclamada por el diputado Nelson Guillen, encausado por difamación e injuria.
Cuando escuché la decisión de Mariano Germán, presidente de la Suprema Corte de Justicia entendí. ¡Al fin! algo que durante tantos años he escuchado: que el juez evacua sentencias
Este hombre, escupió para arriba y no le dio tiempo a salirse de debajo del gargajo putrefacto que le cayó entre los ojos.

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