¿Aguas
subterráneas del Parque Hostos?
En los heroicos
tiempos del nunca bien llorado califa Harun ar Raschid, afectó a Bagdad una
epidemia que permitió al gobernante pensar que el mal venía de fuera y ordenó
cerrar las gruesas y altas puertas de acceso a la ciudad, como una medida de
salud pública para controlar el mal.
Las reuniones de
los sabios y las preces elevadas por los gobernantes, los grandes sacerdotes,
los arúspices y los adivinadores que operan en las orillas de los mercados, no
lograron determinar el origen y la posible cura de los males que atacaban la
ciudad.
Luego de todas
las investigaciones, se determinó que la principal fuente de agua, después del
río disminuido al máximo por dos años de sequía, era el pozo situado en el
centro de la plaza pública.
Los sabios
doctores llegados de Egipto y de la India, así como estudiosos de la historia,
determinaron que el agua que alimentaba a la población de Bagdad era parte de
un río subterráneo que pasaba por un antiguo cementerio.
A mi compadre
Rafael Díaz Vásquez, su hermano Carlos Duarte, sus primos Leonel y Orlando
Vásquez Noboa y a mí, nos tocó conocer a Santo Domingo, al aprender la historia
y la geografía de la ciudad entre libros y caminatas.
Así supimos que
fue en la Plaza Colombina donde se depositó la mayoría de los cadáveres de las
víctimas del ciclón de San Zenón. Allí luego se construyó un parque de
diversiones para niños y jóvenes que se llamó Parque Ramfis, por el hijo mayor
del tirano Trujillo y, posteriormente y hasta hoy, Parque Hostos, en honor al
ilustre maestro antillanista Eugenio María de Hostos.
Dicen los
entendidos que las aguas subterráneas de la ciudad de Santo Domingo están contaminadas
por su conexión con los miles de pozos sépticos que recogen los excrementos
humanos.
Los ríos
subterráneos de la ciudad, son corrientes de agua definitivamente contaminada
que no debe ser empleada para uso humano.
No hay tiempo ni
necesidad de enviar por los sabios de Egipto y de la India para determinar que
el agua que corre desde el tercer escalón de la ciudad hasta el malecón, está
totalmente contaminada y su consumo es dañino para la salud.
Ante la
insistencia del Síndico Salcedo y del director del Acueducto, Montás, en usar
las corrientes subterráneas del Parque Hostos, para que los gozadores naden
entre la contaminación y se tomen su trago entre juego y juego, imagino que
Salud Pública hizo examinar cuidadosamente esas aguas antes de permitir la
fuente de contaminación que serán esas piscinas “deportivas”.
Es inmoral,
ilegal e inhumano poner la demagogia por encima de la salud pública.
La clarinada ha
sonado, quien no la escuche y respete que se atenga a sus consecuencias.