La rebelión
La repetición es el método de comunicación
oral más efectivo. El uso de la repetición oral, la difusión de rumores, la
frase dejada caer, la insinuación dirigida a lograr un fin malsano, son parte
del diario vivir que nos obligan a perder tiempo en la multiplicación del
subdesarrollo.
Desde siempre me he negado a aceptar aquella
frase que dice: esto no es un país, esto es un paisaje”. El contenido profundo,
malsano y “desnacionalizante” que intenta minimizar las virtudes, los valores,
el valor, la historia, el espíritu patriótico y el inmenso amor a la libertad
de nuestro pueblo, es un modo que intenta que esa gota envenenada entre en el
cuerpo social y en el pensamiento nacional como si se tratara de una verdad axiomática…y
no es así.
En el mundo desarrollado desarrollaron
métodos sofisticados mediante los cuales se ocultan mensajes, informaciones,
verdades y se tergiversan las situaciones hasta llevar la vedad a una encerrona
de la cual nadie sabe qué saldrá. Algo así ocurre con Miguel Vargas a quien se
acepta en la prensa y en el gobierno como presidente del PRD.
Hasta los académicos que compilan el
diccionario atentan contra el legítimo derecho a la rebelión cuando lo definen
como: “delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y por la
militar, consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra
los poderes del Estado con el fin de derrocarlos”. Felizmente, cuando se define
el acto de rebelarse dice que es “oponer resistencia”.
El diccionario de “Uso del español” de María
Moliner, dice rebelarse: “oponer resistencia a algo o alguien. No someterse a
ciertas costumbres o imposiciones de la sociedad o el ambiente en que uno
vive”.
Esa acepción de la palabra ‘rebelarse” hay
que escudriñarla al final de una larga parrafada que condena la rebelión con
toda suerte de epítetos negativos.
La rebelión, rebelarse, ha sido una reacción
que ejercen los pueblos y las personas cuando la agresión de los gobiernos o de
otras personas les impiden ejercer sus derechos de manera libre y civilizada.
El imperativo de la hora es el reclamo, la
exigencia, la rebelión contra las imposiciones que permiten que la Junta
Central Electoral acepte a Miguel Vargas como Presidente del PRD, a pesar de
que la institución dijo que el tipo terminaba su mandato el 19 de julio pasado.
¡Ay de aquellos que no sepan escuchar el
ruido del agua cuando el río baja crecido! ¡Ay de quienes piensan, viven y
creen que las personas y los pueblos soportan el narigón, el foete, la picana y
estar uncidos al yugo, como si se tratara de bueyes que llevan caña pa’l
ingenio.
Cuando la encerrona llega al nivel de asfixia
sólo hay un camino: la rebelión.
Buenas tardes Sr. Piñeyro, como podría comunicarme con usted. Soy una escritora novata y tengo algunas inquietudes.
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