No es sólo contra el PRD
El electorado está conformado por el 100 por
ciento de sí. El crecimiento de un partido político se produce a costa de miembros
de otra organización política, dado que no hay una fórmula que permita extender
el 100 por ciento, que siempre será el 100 por ciento.
Tengo para mí, que la fórmula que se aplica
ahora contra el Partido Revolucionario Dominicano es la misma desde la
fundación del Partido de la Liberación Dominicana en 1973, engendro de Juan
Bosch que ocultaba la intención de facilitar la continuidad de Joaquín Balaguer
en el poder.
Así Balaguer tendría la fuerza del Partido
Reformista Social Cristiano y del deterioro de la militancia del PRD se
ocuparía el otro miembro de la batería: Juan Bosch, quien siempre sirvió como
obsecuente receptor de los lanzamientos del gallo colorao. Así jugaron con el
100 por ciento.
Mientras Balaguer mantuvo el poder en 1974,
el PLD sumaba votos y el PRD los perdía. Para 1978, aunque Balaguer no pudo
quedarse en el poder, el PLD sumó votos igual que en las elecciones de 1982 y
de 1986.
Para las elecciones de 1990 el PLD ganó las
elecciones pero Bosch, el socio, el báciga de Balaguer, se negó a echar la
pelea por lealtad, por respeto a su jefe político.
En 1994 la alianza Bosch-Balaguer no pudo
contra la corriente que pedía un cambio en la conducción del Estado y el
electorado se volcó a favor del PRD y de José Francisco Peña Gómez.
Ya para ese momento el Partido de la
Liberación Dominicana tenía una militancia sólida y ansiosa por llegar al
poder, para hacer su acumulación originaria de capitales mediante el asalto del
erario y con la falta de escrúpulos propia de los corruptos.
En todos esos certámenes electorales los
votos del PRD disminuían en beneficio del Partido de la Liberación Dominicana.
La política de destrucción del Partido
Revolucionario Dominicano se aplicó de manera sistemática, con la precisión de
un fino mecanismo de relojería: dividir su militancia, desviar el poder de sus
masas, corromper y envilecer a los traidores.
Aunque el PRD es el partido de mayor
militancia, malabarismos legales y constitucionales permiten el secuestro de la
Junta Central Electoral, los Tribunales Superiores, el Congreso, la
Administración Pública en beneficio de un grupo, con la pretendida intención de
que el PLD continúe en el poder.
La tarea del momento es impedir que Miguel
Vargas Maldonado y su gavilla frenen al PRD, para que Leonel Fernández se salga
con la suya e instaure una dictadura.
La responsabilidad de enfrentar esta
situación es de todos, va más allá de la conjura contra el PRD.
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