Biografía

Nació en Sabana de Chavón, La Romana, el 9 de Noviembre de 1937. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue cónsul en La Guaira, Venezuela y viceministro de la Presidencia del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Ha publicado ensayos sobre el origen del merengue y la narrativa dominicana. Es autor de los libros “Cuentos del Abuelo Julio”, “La ciudad clandestina y los secretos del General” y una novela llamada “Al final del arco iris” (1982). Sus cuentos “A partir de esta noche” y “Sonámbulo” fueron premiados por el Movimiento Cultural Dominicano y Casa de Teatro, respectivamente.

Inició y dirigió por muchos años, el suplemento “Cultura” del periódico El Nacional de ¡Ahora! “Cultura” pronto se convirtió en vocero de voces dominicanas nuevas. “Cultura” estaba abierto a todas corrientes literarias, a diferencia de otros suplementos culturares que existieron (y quizás todavía existen) en la República Dominicana, que eran “mafias literarias” para exponer puntos de vista, tendencias literarias que eran defendidas y/o promovidas por esos “intelectuales”.

Su prosa es precisa y sus temas son en general sociales. Escribió un cuento breve que está entre los cinco o seis mejores cuentos breves escritos en español

sábado, 10 de agosto de 2013

No es sólo contra el PRD



No es sólo contra el PRD

El electorado está conformado por el 100 por ciento de sí. El crecimiento de un partido político se produce a costa de miembros de otra organización política, dado que no hay una fórmula que permita extender el 100 por ciento, que siempre será el 100 por ciento.
Tengo para mí, que la fórmula que se aplica ahora contra el Partido Revolucionario Dominicano es la misma desde la fundación del Partido de la Liberación Dominicana en 1973, engendro de Juan Bosch que ocultaba la intención de facilitar la continuidad de Joaquín Balaguer en el poder.
Así Balaguer tendría la fuerza del Partido Reformista Social Cristiano y del deterioro de la militancia del PRD se ocuparía el otro miembro de la batería: Juan Bosch, quien siempre sirvió como obsecuente receptor de los lanzamientos del gallo colorao. Así jugaron con el 100 por ciento.
Mientras Balaguer mantuvo el poder en 1974, el PLD sumaba votos y el PRD los perdía. Para 1978, aunque Balaguer no pudo quedarse en el poder, el PLD sumó votos igual que en las elecciones de 1982 y de 1986.
Para las elecciones de 1990 el PLD ganó las elecciones pero Bosch, el socio, el báciga de Balaguer, se negó a echar la pelea por lealtad, por respeto a su jefe político.
En 1994 la alianza Bosch-Balaguer no pudo contra la corriente que pedía un cambio en la conducción del Estado y el electorado se volcó a favor del PRD y de José Francisco Peña Gómez.
Ya para ese momento el Partido de la Liberación Dominicana tenía una militancia sólida y ansiosa por llegar al poder, para hacer su acumulación originaria de capitales mediante el asalto del erario y con la falta de escrúpulos propia de los corruptos.
En todos esos certámenes electorales los votos del PRD disminuían en beneficio del Partido de la Liberación Dominicana.
La política de destrucción del Partido Revolucionario Dominicano se aplicó de manera sistemática, con la precisión de un fino mecanismo de relojería: dividir su militancia, desviar el poder de sus masas, corromper y envilecer a los traidores.
Aunque el PRD es el partido de mayor militancia, malabarismos legales y constitucionales permiten el secuestro de la Junta Central Electoral, los Tribunales Superiores, el Congreso, la Administración Pública en beneficio de un grupo, con la pretendida intención de que el PLD continúe en el poder.
La tarea del momento es impedir que Miguel Vargas Maldonado y su gavilla frenen al PRD, para que Leonel Fernández se salga con la suya e instaure una dictadura.
La responsabilidad de enfrentar esta situación es de todos, va más allá de la conjura contra el PRD.

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