Biografía

Nació en Sabana de Chavón, La Romana, el 9 de Noviembre de 1937. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue cónsul en La Guaira, Venezuela y viceministro de la Presidencia del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Ha publicado ensayos sobre el origen del merengue y la narrativa dominicana. Es autor de los libros “Cuentos del Abuelo Julio”, “La ciudad clandestina y los secretos del General” y una novela llamada “Al final del arco iris” (1982). Sus cuentos “A partir de esta noche” y “Sonámbulo” fueron premiados por el Movimiento Cultural Dominicano y Casa de Teatro, respectivamente.

Inició y dirigió por muchos años, el suplemento “Cultura” del periódico El Nacional de ¡Ahora! “Cultura” pronto se convirtió en vocero de voces dominicanas nuevas. “Cultura” estaba abierto a todas corrientes literarias, a diferencia de otros suplementos culturares que existieron (y quizás todavía existen) en la República Dominicana, que eran “mafias literarias” para exponer puntos de vista, tendencias literarias que eran defendidas y/o promovidas por esos “intelectuales”.

Su prosa es precisa y sus temas son en general sociales. Escribió un cuento breve que está entre los cinco o seis mejores cuentos breves escritos en español

miércoles, 17 de abril de 2013

El oro de Cotuí



El oro de Cotuí

Mi inolvidable amigo Guido D‘Alessandro, indignado por la complaciente operación autorizada por la Junta Monetario del Banco Central para permitir la instalación en el país de la Honduras Rosario Minning Company, me entregó el expediente completo que contenía la documentación que facilitaba la operación.
Entonces se presentó la operación como una muestra de la con fianza de la inversión extranjera en el país y por ello se había decidido a invertir en la mina de oro de Pueblo Viejo.
Esa defensa se hizo a través de la Junta Monetaria, cuyo portavoz para el caso era el ingeniero Hugh Brache, el industrial que producía el pan Pepín.
La documentación que me entregó mi amigo demostraba que lejos de tratarse de una inversión extranjera era una estratagema que ocultaba el uso del ahorro interno para conformar el capital inicial de la Honduras Rosario.
Me explico: la Resolución de la Junta Monetaria autorizada a la banca nacional a prestar dinero a la minera, lo que significaba que del dinero de los ahorristas dominicanos se iba a financiar la operación que se presentaba como una “inversión extranjera”
Denuncié la situación a través de El Nacional y Brache me pidió hablar conmigo, le puse una condición: que habláramos en presencia y en el despacho del doctor Rafael Molina Morillo, entonces propietario de Publicaciones Ahora. Así ocurrió y la conversación terminó con la decisión de publicar todos los documentos, hasta agotar el expediente que teníamos.
Así se han manejado muchos expedientes que perjudican al pueblo dominicano y que uno presume que benefician a alguna autoridad.
Desde las páginas de la revista ¡Ahora! abogué por que no se exportara el oro en bruto, que se instalara una refinería y vendiéramos al extranjero productos terminados: joyas, aretes, anillos, pulseras, collares Nunca se prestó atención a esa sugerencia.
Se inició la exportación de un mineral que denominaron “doré”: una aleación de oro, plata y otros minerales de menor costo.
Dado que el país desconocía cuáles minerales contenían las barras de doré, el gobierno de Balaguer, con la sabiduría de Compadre Mon, ordenó la “pérdida” de una barra de metal del próximo embarque: así supo el gobierno la composición real de lo que se exportaba.
Mientras aquí se habla de reformar contrato y obtener más beneficios del oro de Cotuí, en la bolsa de Nueva York, provocan una baja en el precio del metal. ¡Caramba qué coincidencia!
Inseguridad del euro, problemas económicos en los países ricos, crisis en Japón ¿dónde se refugian los ahorristas? En el oro. .
Los manejos de bolsas de valores no son casuales. La producción de oro no se ha multiplicado. Negociar, de verdad y de cara al sol. ¿Acaso se examinó el contenido del mineral que exporta la Barrick?

jueves, 11 de abril de 2013

Juan Bosch y el hombre de Hong Kong



Juan Bosch y el hombre de Hong Kong

Ernesto Vitienes le facilitó a su amigo Juan Bosch un apartamento porque todos temían alquilarle una casa. Era el gobierno de Balaguer. Hasta entonces, el líder del PRD dormía uno o dos días en casa de amigos.
Bienvenido Corominas Pepín, José Joaquín Puello Herrera, Carlos Ascuasiati Álvarez, Miguel Vila Piola, Rafael Corominas Pepín, José Delio Guzmán y otros amigos recibieron a Bosch en sus casas.
Bosch exigía que su estadía fuera tan secreta que ni el servicio doméstico podía saber de su presencia. Tan pronto alguien del servicio lo veía nos llamaba a Manuel Ramón García German y a mí para que lo cambiáramos de sitio. En ocasiones resultaba difícil hallar de inmediato otro alojamiento.
No tengo idea de si Bosch leyó novelas policíacas y de misterio de las que se vendían a 10 centavos en la década de 1950.
En mi primera juventud, ahora ando por la quinta, leí no sé cuántos cientos, quizá miles de novelas de vaqueros, policíacas, de misterio y novelas rosa. Eran textos escritos y leídos para ocupar el tiempo en algo útil.
De las novelas policíacas recuerdo, especialmente, una que relataba la vida de un hombre de Hong Kong de gran influencia, cuyo poder era provenía de miles de personas que trabajaban para él.
La actividad de aquel empresario consistía en mantener una gran red de información que, por supuesto, sabía vender a quien le conviniera, a quien le beneficiara.
Aquel magnate construyó un imperio de la información real, veraz, inmediata que provenía siempre de fuente segura, le llegaba constantemente, era su gran fuente de poder.
¿De dónde obtenía el magnate las informaciones? De personal subalterno, de la gente que trabaja, actúa al lado de las otras personas que hablan, dicen, maldicen e informan lo que deben y lo que no deben informar a los extraños.
El hombre de Hong Kong era la persona mejor informada de aquella ciudad. Las doñas que entraban los amantes a la casa, los hombres que se ocultaban con hermosas jóvenes en fumaderos de opio, los sitios de juego clandestinos, el tráfico de joyas, drogas, armas, en todas esas actividades participaba alguno de sus informantes.
Aquí hoy, los vendedores callejeros de frutas, frutos, tarjetas de llamadas telefónicas, cigarrillos al detalle, caramelos, son haitianos. Llegan hoy y mañana están incorporados a la actividad productiva.
Esos productos hay que comprarlos, colocar los vendedores en determinados puntos. Hay un negoción que demanda muchos millones para la compra de tarjetas telefónicas, frutos y frutas y en la colocación de personal de servicio doméstico.
¿Quién financia esas actividades? ¿A quién le informan? ¿Quién es el hombre de Hong Kong?
El hombre de Hong Kong está mejor informado que el gobierno ¡ojo con eso!

sábado, 6 de abril de 2013

Para lo que seamos buenos



Para lo que seamos buenos

Cuando Claudio regresó de Chile vino a vivir a Puerto Rico. Nunca avisó que venía al país pero indefectiblemente se presentaba en casa y sosteníamos conversaciones ninguna de las cuales terminó antes de cinco o seis horas.
Claudio quería ponerse al día sobre la actitud y la práctica política de compañeros de la Guerra de Abril de 1965 y de otras personas, así sabría cómo manejarse con ellos.
¿Recuerdas aquel compañero que acompañaba al Coronel Peña Taveras? Pues me lo encontré en un pasillo de la Secretaría de Finanzas y me informó que había tenido que engancharse a la Policía y lo enviaron al Servicio Secreto para que vigilara a los compañeros “pero usted sabe cómo es, jefe, esta gente no sabe más que nosotros” Y no lo volví a ver.
Me correspondió informar a Claudio sobre todos los tránsfugas, los vendidos, los calieses. Pero sobretodo me tocó informarlo sobre la gente buena, firme, patriota, democrática, que echaba la pelea contra la dictablanda balaguerista que construyeron los yanquis y la dejaron como un regalo envenenado, como un freno al desarrollo político del pueblo dominicano.
Esas largas y ricas conversaciones se desarrollaban en un marco de nadie sabe cuántas tazas de café y cigarrillos que se apagaban al encender el siguiente con la colilla.
Es verdad que hablábamos, Claudio y yo. En veces, mi Miriam apuntaba algún dato o completaba una información.
En aquella ocasión Claudio llegó cuando comenzaba la tarde. El protocolo era conocido y se ejecutaba religiosamente: café, cigarrillos, tranquilidad y conversación.
Antes de que Claudio comenzara a preguntar, o yo a informar y comentar, le dije: “cuando veas al Chief-chief (Jefe-jefe) dile que aquí no vengan con guerrillas porque los van a matar a todos y yo voy a estar escondido”
.?De dónde salía lo de Chief-chief? En la tradición de la Marina los jefes de áreas con llamados Chief y Francisco Alberto Caamaño Deñó era el Jefe de todos los jefes.
Claudio insistió en que no viajaría a Cuba pero yo sabía que viajaría acompañado por el Coronel Jorge Gerardo Marte Hernández y el objetivo del viaje era convencer a Francisco Alberto de que saliera de Cuba. Esa es otra historia.
A Claudio y Fabiola Caamaño les mataron un hijo de una manera vil. Claudio y Fabiola denuncian que los amenazan porque quieren que se haga justicia en el caso de su hijo, muerto por un disparo que supuestamente no iba dirigido a él. Ahora quieren matar dos veces al hijo de Claudio y Fabiola.
Mis hermanos Claudio y Fabiola Caamaño saben que cuentan con nosotros, con los de mi casa. Estamos a su mandar, para lo que seamos buenos. Nada más ni nada menos.