Biografía

Nació en Sabana de Chavón, La Romana, el 9 de Noviembre de 1937. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue cónsul en La Guaira, Venezuela y viceministro de la Presidencia del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Ha publicado ensayos sobre el origen del merengue y la narrativa dominicana. Es autor de los libros “Cuentos del Abuelo Julio”, “La ciudad clandestina y los secretos del General” y una novela llamada “Al final del arco iris” (1982). Sus cuentos “A partir de esta noche” y “Sonámbulo” fueron premiados por el Movimiento Cultural Dominicano y Casa de Teatro, respectivamente.

Inició y dirigió por muchos años, el suplemento “Cultura” del periódico El Nacional de ¡Ahora! “Cultura” pronto se convirtió en vocero de voces dominicanas nuevas. “Cultura” estaba abierto a todas corrientes literarias, a diferencia de otros suplementos culturares que existieron (y quizás todavía existen) en la República Dominicana, que eran “mafias literarias” para exponer puntos de vista, tendencias literarias que eran defendidas y/o promovidas por esos “intelectuales”.

Su prosa es precisa y sus temas son en general sociales. Escribió un cuento breve que está entre los cinco o seis mejores cuentos breves escritos en español

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Con qué derecho?


¿Con qué derecho?

"El hombre inteligente", decía mi padre Julio Gautreaux, "pregunta lo que ignora". El filósofo empleaba el interrogatorio, el diálogo, la conversación con un interlocutor,  como método en la busca de la verdad.
En nuestro país hay demasiadas preguntas sin respuesta o con respuestas conocidas pero con temor, falta de valor, cobardía para decirlas, airearlas, contestarlas.
A finales de la década de 1980 comencé a señalar, a decir, a llamar la atención, a denunciar, que el problema fundamental de nuestro país era la pérdida de la brújula moral.
Porque en materia de moral es como en materia de vacunos, un ejemplar es o to' toro, o to' vaca. No hay medias tintas, o se rinde culto a la moral o se es inmoral, absolutamente. Nadie es medio ladrón.
En veces intento explicar, sin ningún éxito, que dada la multiplicación de la población si antes había un caso de un hombre que cometía uxoricidio, asesinar a su mujer, ahora hay decenas de casos, como si se tratara de una hemorragia. Si, antes los tígueres vivían en los barrios marginados, ahora son senadores, diputados, ministros, embajadores, generales.
Hasta presidentes soslayan la moral y llegan a pensar que todos sus actos quedan bendecidos por haber sido elegidos para la posición, como si no importara el uso indebido de recursos del gobierno, la compra de votos, el uso de la fuerza militar y policial y muchos etcéteras.
Por la pérdida de la acción ajustada a los principios morales vemos cómo se emplea la palabra para mentir de la manera más descarada y vemos cómo la sociedad, como una puta ilusionada por una recompensa que nunca le darán, acepta como bueno lo que sabe que es malo.
En ocasiones lo que ocurre es que los pueblos no tienen forma de dar a conocer su opinión porque hay medios que seleccionan cuidadosamente lo que debe publicarse para que se mantenga la situación.
La frase de José Enrique Rodó  "la herejía de hoy es el credo de mañana" se aplica, como un traje a la medida, a la conducta de quienes ayer denunciaban la falta de  honradez en el manejo de los fondos públicos, aquellos que amenazaban con el empleo de una guillotina moral para adecentar, limpiar, el ejercicio político en el país y ahora se solazan mientras nadan en fortunas mal habidas al amparo del poder.
El credo de aquel Leonel Fernández y muchos de sus compañeros no tiene nada que ver con su paso por el gobierno.
Pasar de la pobreza a la riqueza, sin ganar un premio de lotería, y además atreverse a presentar declaraciones de bienes permite preguntar ¿quién y con qué derecho mandó la moral de vacaciones?

viernes, 21 de septiembre de 2012

Compraron la impunidad


Compraron la impunidad
Cuando Hipólito Mejía y su equipo económico denunciaban el irresponsable y doloso dispendio de fondos públicos que realizaba Leonel Fernández, mucha gente pensaba que se trataba de un argumento de campaña para desacreditar el gobierno.
Se denunció una y otra vez que Leonel repetía la política del 2000 cuando dejó las arcas públicas vacías y el Presidente Hipólito Mejía hubo de solicitar un crédito al Banco de Reservas para pagar los empleados públicos.
En agosto del 2000 se le debía a contratistas, y a contratados de última hora, más de 25 mil millones de pesos, que debía pagar el gobierno del PRD y, además, invertir miles de millones de pesos en terminar obras improductivas e innecesarias, iniciadas para cobrar el 10 por ciento del dinero que se entrega como avance para comenzar las obras. Sincerar el precio del petróleo y sus derivados fue otra canana que dejó Leonel.
Si se toman en cuenta que el gobierno creó un desequilibrio presupuestas en las finanzas al gastar 125 o 140 mil millones por encima de los ingresos del 2012. En cualquier país que se respete tanto el mandatario como sus colaboradores tendrían que responder ante los tribunales por violaciones a la Constitución de la República.
En la parte final del artículo 233, la Constitución habla de la elaboración del presupuesto y dice que el mismo debe ser “realizado en un marco de sostenibilidad fiscal, asegurando que el endeudamiento público sea compatible con la capacidad de pago del Estado”
El gobierno sólo puede cuadrar sus cuentas con un préstamo del Fondo Monetario, por eso no presentará el proyecto de presupuesto y violará la Constitución que ordena que tal propuesta se presente a mas tardar el primero de octubre y el FMI dice que hablarán en enero.
Para permanecer en el poder hicieron lo que sabemos y muchas cosas más, necesitaban comprar la continuación de la impunidad y crearon un sobregiro histórico de las cuentas del gobierno. Lo peor es que nos robaron las elecciones y ahora nos quieren hacer pagar los platos rotos.
Esa impunidad se compró con el Estatuto del Ministerio Púbico, que continuará la permisividad y el asalto político de los tribunales superiores que miran hacia el otro lado, para no enterarse de la corrupción y el pillaje.
Ya lo decía el Libertador Simón Bolívar: “los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean, son obras muertas que poco influyen en las sociedades, ¡Sólo hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres probos, constituyen las Repúblicas!”.
Y debéis convenir conmigo en que los administradores de las leyes, los que deben imponer la justicia, son ciudadanos bien agradecidos que entregaron sus cabezas a quien los designó.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Política y herencia


Política y herencia
El desconocimiento del origen de una herencia conduce a la destrucción de la misma, cuando quienes la usufructúan pierden la brújula que llevó a los forjadores de la fortuna a trabajar con dedicación, sacrificios, inteligencia, sin desmayos, guiados por aspiraciones superiores que desbordan el límite de lo personal para buscar el beneficio de la mayoría.
La historia está llena de ejemplos claros, contundentes, determinantes: quienes heredan, difícilmente administrarán en forma debida, si no han sido entrenados para manejar la fortuna que se pone en sus manos o que les toca.
Aquellos que en el camino de la historia construyen, edifican, conforman un conjunto de bienes materiales o espirituales, que aspiran a que sean empleados con propiedad, deben preparar a quienes algún día administrarán ese patrimonio para que lo hagan bien..
Lo más importante, es el entrenamiento, la enseñanza, el ejemplo, la directriz que se enseña sin palabras, solo con la acción del maestro, del entrenador, de quien escoge el albacea de la herencia.
La construcción de una fortuna es un resultado, no una causa. La causa puede ser el norte que se persigue, el blanco hacia el cual se lanza una flecha que lleva en su trayecto una voluntad, o un conjunto de voluntades, que persiguen el triunfo de un conjunto de ideas o la acumulación de fortuna.
La construcción de la fortuna está formada por el transitar un camino lleno de dificultades, de tropiezos, levantar los pies luego de cada caída y vuelta a empezar, con la mira fija en la meta que se persigue.
La política es una carrera de obstáculos que se inicia con el propósito de llegar triunfante a la meta ansiada; es un plan que se formula con mucho cuidado y se ejecuta con dedicación espartana.
La herencia política es un fardo muchísimo más pesado, que la fortuna en bienes materiales que puede haber atesorado una persona, una familia.
La administración de la herencia política es mucho más complicada, ya que se trata de trabajar con gente y para la gente, en la conquista del bien común. Por supuesto, hablo del ejercicio político decente, democrático, patriótico y sin otra ambición que la de crear, conformar, mantener, preservar y enriquecer la nación, por encima de los intereses particulares.
A quienes recibieron la herencia de luchas en favor del país, ocurridas desde 1961 en adelante, les correspondía hacerla brillar. Indigna y avergüenza, ver la forma en que algunos, antes jóvenes idealistas del Partido de la Liberación Dominicana, como Leonel Fernández, han aprovechado la oportunidad que les da la historia para el envilecimiento y el desprecio a los principios morales que una vez dijeron defender.  
A Dios, que no los perdone.

viernes, 14 de septiembre de 2012

La lucha es larga, comencemos ya


La lucha es larga, comencemos ya
En las elecciones se enfrentaron dos corrientes conservar el poder para continuar con la permisividad ante el delito y el cambio para que se detuviera y persiguiera la corrupción.
Amarrar los votos de los electores en el 2010, permitió que los legisladores continuaran en el ejercicio hasta el 2016 en una excelente jugada de ajedrez, realizada como una brillante demostración de sabichosería colocada para beneficio del mal.
Se buscaba que los delitos cometidos entre los años 2004 y 2016, no fueran objeto de persecución judicial puesto que, en nuestro país, el mayor plazo para la prescripción de la pena es de 10 años.
Al PLD se le robó su voluntad electoral cuando Leonel Fernández engaño a Danilo Medina y usó todo el poder económico del gobierno para impedirle que fuera candidato presidencial en el 2008, por lo que Medina dijo: el Estado me derrotó.
Leonel empleó los recursos públicos de manera corrupta e ilegal para mantenerse en el poder en el 2008 y luego actuó igual, en el 2010, para asegurarse una mayoría que le permitiera reformar la Constitución como si se tratara de un traje a la medida. Se buscó a Miguel Vargas Maldonado que no fue el sastre, porque solo sirvió como segundón, para sorjetear una ropa que acogota la democracia.
Ya con la mayoría congresual y la extraña muleta de un dirigente de “oposición”, terminó de fabricar el traje que le permitiría contar con legisladores que actuaron como borregos, para votar una Constitución tan “moderna” que crea Tribunales Superiores para ponerlos en manos de un hombre y un partido.
Leonel Fernández y sus asesores decidieron montar una dictadura constitucional, para lo cual también votaron un Estatuto del Ministerio Público que permite la inamovilidad de los Procuradores Fiscales.
Durante la campaña electoral los números no le daban, las encuestas no los favorecían, decidieron utilizar todos los mecanismos a su alcance: dinero del Estado y mal habido, chantaje a empresarios, avances para obras que no iniciaron, militares, policías y una formidable claque de chupamedias y cagatintas, que encantaron con sus engaños a gente crédula.
Leonel repitió el uso de los recursos públicos y todas sus malas artes, para catapultar a Danilo. Aún el mismo día de las elecciones amenazaron, desequilibraron la voluntad popular hasta lograr su principal objetivo: tener la impunidad que ofrece un Fiscal que desestima la querella y un Tribunal Superior que obedece al amo que le ordena.
Ya con el control de los Poderes del Estado por un partido y su líder, éste se dedica a disfrutar de la bonanza que le reditúan sus bienes “políticos”.
Estamos jodidos. La consigna de la hora es: quitemos obstáculos y trabajemos para el 2016.