Biografía

Nació en Sabana de Chavón, La Romana, el 9 de Noviembre de 1937. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fue cónsul en La Guaira, Venezuela y viceministro de la Presidencia del gobierno que encabezó el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Ha publicado ensayos sobre el origen del merengue y la narrativa dominicana. Es autor de los libros “Cuentos del Abuelo Julio”, “La ciudad clandestina y los secretos del General” y una novela llamada “Al final del arco iris” (1982). Sus cuentos “A partir de esta noche” y “Sonámbulo” fueron premiados por el Movimiento Cultural Dominicano y Casa de Teatro, respectivamente.

Inició y dirigió por muchos años, el suplemento “Cultura” del periódico El Nacional de ¡Ahora! “Cultura” pronto se convirtió en vocero de voces dominicanas nuevas. “Cultura” estaba abierto a todas corrientes literarias, a diferencia de otros suplementos culturares que existieron (y quizás todavía existen) en la República Dominicana, que eran “mafias literarias” para exponer puntos de vista, tendencias literarias que eran defendidas y/o promovidas por esos “intelectuales”.

Su prosa es precisa y sus temas son en general sociales. Escribió un cuento breve que está entre los cinco o seis mejores cuentos breves escritos en español

viernes, 21 de septiembre de 2012

Compraron la impunidad


Compraron la impunidad
Cuando Hipólito Mejía y su equipo económico denunciaban el irresponsable y doloso dispendio de fondos públicos que realizaba Leonel Fernández, mucha gente pensaba que se trataba de un argumento de campaña para desacreditar el gobierno.
Se denunció una y otra vez que Leonel repetía la política del 2000 cuando dejó las arcas públicas vacías y el Presidente Hipólito Mejía hubo de solicitar un crédito al Banco de Reservas para pagar los empleados públicos.
En agosto del 2000 se le debía a contratistas, y a contratados de última hora, más de 25 mil millones de pesos, que debía pagar el gobierno del PRD y, además, invertir miles de millones de pesos en terminar obras improductivas e innecesarias, iniciadas para cobrar el 10 por ciento del dinero que se entrega como avance para comenzar las obras. Sincerar el precio del petróleo y sus derivados fue otra canana que dejó Leonel.
Si se toman en cuenta que el gobierno creó un desequilibrio presupuestas en las finanzas al gastar 125 o 140 mil millones por encima de los ingresos del 2012. En cualquier país que se respete tanto el mandatario como sus colaboradores tendrían que responder ante los tribunales por violaciones a la Constitución de la República.
En la parte final del artículo 233, la Constitución habla de la elaboración del presupuesto y dice que el mismo debe ser “realizado en un marco de sostenibilidad fiscal, asegurando que el endeudamiento público sea compatible con la capacidad de pago del Estado”
El gobierno sólo puede cuadrar sus cuentas con un préstamo del Fondo Monetario, por eso no presentará el proyecto de presupuesto y violará la Constitución que ordena que tal propuesta se presente a mas tardar el primero de octubre y el FMI dice que hablarán en enero.
Para permanecer en el poder hicieron lo que sabemos y muchas cosas más, necesitaban comprar la continuación de la impunidad y crearon un sobregiro histórico de las cuentas del gobierno. Lo peor es que nos robaron las elecciones y ahora nos quieren hacer pagar los platos rotos.
Esa impunidad se compró con el Estatuto del Ministerio Púbico, que continuará la permisividad y el asalto político de los tribunales superiores que miran hacia el otro lado, para no enterarse de la corrupción y el pillaje.
Ya lo decía el Libertador Simón Bolívar: “los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean, son obras muertas que poco influyen en las sociedades, ¡Sólo hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres probos, constituyen las Repúblicas!”.
Y debéis convenir conmigo en que los administradores de las leyes, los que deben imponer la justicia, son ciudadanos bien agradecidos que entregaron sus cabezas a quien los designó.

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